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Merodaj-Baladan el hijo de Baladan, rey de Bavel, oyó que Hizkiyah había estado
enfermo y se había recuperado, entonces mandó una carta y un regalo a él. 2 Hizkiyah
estaba complacido con los regalos y mostró a los mensajeros todo el edificio donde guardaba sus
tesoros, incluyendo la plata, el oro, especias y preciosos aceites; también todo el edificio donde
guardaba el armamento; y todo en su tesoro – no hubo nada en su palacio o en su dominio
completo que Hizkiyah no les mostrara. 3 Entonces Yeshayah el profeta vino al rey Hizkiyah, y le
preguntó: "¿Qué es lo que estos hombres dijeron? ¿De dónde vinieron?" Hizkiyah respondió:
"Ellos vinieron a mí de un país distante, Bavel." 4 Yeshayah preguntó: "¿Qué han visto en tu
palacio?" "Ellos han visto todo en mi palacio," dijo Hizkiyah. "No hay ni una cosa entre mis
tesoros que no les haya mostrado." 5 Yeshayah dijo a Hizkiyah: "Oye lo que YAHWEH-Elohim
Tzevaot dice: 6 'El día vendrá cuando todo en tu palacio, junto con todo lo que atesoraron tus
padres hasta hoy, será llevado a Bavel. Nada será dejado,' dice YAHWEH.
7 Ellos se llevarán
algunos de tu zera, tus propios hijos; y serán hechos eunucos sirviendo en el palacio del rey de
Bavel.' 8 Hizkiyah dijo a Yeshayah: "La palabra de YAHWEH que me ha acabado de decir es
buena"; porque él pensó: "Por lo menos el Shalom y la estabilidad continuarán durante mi
vida."[ 182]